Prensa Libre -Golpe de Estado en 1982
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El 23 de marzo de 1982 un golpe de Estado derrocó al presidente Fernando Romeo Lucas García. Los considerandos del Estatuto Fundamental de Gobierno señalan lo siguiente: ese día, el Ejército de Guatemala hizo una proclama mediante la cual la Junta Militar de Gobierno asumió las funciones ejecutivas y legislativas del Estado, habiendo acordado, asimismo, emitir dicho estatuto de gobierno para normar jurídicamente al país.

El relato del golpe de Estado del 23 de marzo de 1982
Militares que participaron en él, dan su versión de lo ocurrido hace 25 años en Guatemala.
Abner Guoz http://www.elperiodico.com.gt/es/20070323/actualidad/38013/


“Mi general, doy parte que estoy presente con la novedad que hubo fraude”, le dijo el capitán Carlos Muñoz Piloña a su comandante en la Brigada Mariscal Zavala al retornar de la tarea que se le había impuesto: vigilancia a centros de votación.

“Ese no es un asunto nuestro, nos pidieron vigilancia y eso damos; el fraude es un asunto de los políticos”, atinó a responder el general Rodolfo Cuyún Medina.

El fraude en las elecciones del 7 de marzo de 1982 fue una de las causas del golpe aunque no la única. Según Víctor Hugo Girón, en ese entonces teniente del Ejército, existían condiciones de extrema violencia que, incluso, afectaban a integrantes del Ejército en lo individual.

“La guerra la estábamos perdiendo porque los políticos habían creado las condiciones para que triunfara la guerrilla”, añade Muñoz Piloña.

Pero la gesta no era obra exclusiva de Muñoz Piloña o Girón Guerra. Otros oficiales, todos de bajo rango, coordinaron entre sí para terminar con el gobierno de Romeo Lucas.

Girón cree que casi no hubo resistencia en los cuarteles ya que la mayoría estaba de acuerdo. Los tenientes Mauro Jacinto, Orlando Aguilar y los capitanes José Gordillo y Muñoz Piloña se hicieron cargo del cuartel Mariscal Zavala.

Se tomó la Guardia de Honor, la base de Quetzaltenango y la Fuerza Aérea.

Pese a que los militares aseguran que el movimiento era institucional, hubo contactos con Mario Sandoval Alarcón y Lionel Sisniega Otero, quienes no aparecieron en la escena pública, pero brindaron asesoría para consumar el golpe.

El 23 de marzo por la mañana, los militares tomaron los cuarteles y se apostaron frente a Palacio Nacional, pidiendo la renuncia de Lucas. El coronel Héctor Montalbán, jefe de Estado Mayor Presidencial, intentó persuadir a los golpistas para dar marcha atrás, pero estos no accedieron.

“Lucas estaba vestido con traje de fatiga y listo para el enfrentamiento”, comentó el teniente Álvaro Reyes a Muñoz Piloña luego de hablar con él y advertirle que antes de las 4:00 de la tarde abrirían fuego.

El general Luis Mendoza, ministro de la Defensa, también intentó negociar sin éxito. Lucas tuvo que rendirse.